Dra. Coty Carciente
Las aves fueron dotadas de alas como elemento distintivo y particular. Seguramente habrás visto cómo a veces baten con fuerza sus alas, para avanzar en distancia y ganar altura y velocidad, y al rato dejar de batir para planear con experticia mediante la inercia.
Cada uno de nosotros posee alas internas en su pensamiento y su acción. A veces no las usamos apropiadamente porque ni siquiera sabemos que las tenemos! y a veces con un poco de práctica, logramos llegar a otras latitudes ni siquiera conocidas para nosotros.
¿Cómo son tus alas? ¿ya las has usado? ¿Recuerdas a dónde te han permitido llegar?
¿Para que te gustaría utilizarlas? ¿Qué rumbo tomarias?
Batir las alas implica hacer un esfuerzo grande. Es la parábola que podríamos utilizar en esos momentos en los cuales queremos hacer cambios en nuestra salud, alimentación, interacción social o cualquier hábito que queramos incorporar para hacer nuestra vida más agradable, placentera y con propósito. Requiere energía, determinación, una meta clara y la seguridad de saber que tendré que batir mis alas durante solo un tiempo. Después de hacerlo, podría pasar a la segunda fase: planear y disfrutar del viaje. Esta etapa sería cuando ya hemos incorporado las rutinas y conductas como parte de nuestro camino, y el esfuerzo previo, se convierte en la energía que por inercia, nos permite seguir avanzando sin esfuerzo. Es en cierto modo, la recompensa de lo invertido en un primer momento. Es ese premio merecido por haber decidido batir las alas y no quedarse en tierra observando a otras aves volar. Puede que batir las alas parezca desafiante y en ocasiones, desmotivador. Sin embargo, mantener el enfoque en ese momento en el cual podrás planear a lo alto viendo la altura alcanzada, sin duda permitirá anticipar que bien vale la pena.
¿Qué sería para ti en este momento batir tus alas? Cuál conducta quisieras incorporar a tu vida y que energía, en término de acciones, tiempo y recursos, podrías utilizar?
Visualizate como esa ave que planea desde lo alto: que ves? cómo te sientes al surcar el viento casi de forma automática? ¿Qué sería, en términos de hábitos de salud, el poder planear?
Entonces, ¿planeas? o te quedas mirando a los demás volar?
Muchos éxitos