¿A vos también te pasó alguna vez de no haberte sentido valorado, y hasta sentirte subestimado?
Judith Sisro
Está escrito en la Perasha que los espías volvieron de Eretz Israel y dijeron:” Nosotros nos veíamos como cigarras, y así éramos a los ojos de los gigantes”.
Está escrito en el Midrash que Hashem dijo: lo que ustedes dijeron “ Nosotros nos vemos como cigarras”, puedo perdonarlo. Pero lo que dijeron “y así éramos a los ojos de los gigantes”, esto no lo perdono. ¿Por qué? ¿Cómo saben ustedes que así eran vistos a los ojos de los gigantes? ¿Quizá hice que los vean como ángeles?!
Los espías escucharon:” hormigas pasean por los viñedos”. Por eso dijeron que así éramos ante sus ojos”. Entonces, ¿Cuál es la acusación hacia ellos ,si ellos mismos escucharon que decían que hay hormigas paseando por los campos?!
La respuesta es simple: lo que la persona piensa sobre sí mismo, escucha que los demás dicen de él. Si piensa que es como una langosta, va a escuchar que dicen que es como una hormiga que se pasea por los viñedos.
Si te consideras a ti mismo, como una persona simpática y generosa, entonces, vas a escuchar de la gente que sos simpático y generoso.
Cuentan, que había un abrej, que estudiaba en el colel, y se sentía que no era nadie. Todos estaban concentrados en sus guemarot y nadie lo participaba en absoluto. Se sentía como si fuera una mesa, el aire.
_ “Nadie conversa conmigo sobre lo estudiado. Cuando hablan de temas cotidianos, tampoco me participan. ¿Qué soy yo??¿aire?? Hasta cuando camino por la calle, nadie me pregunta nada, ni siquiera me preguntan la hora, ni por una dirección….Ni los chicos me piden que los ayude a cruzar la calle, soy un cero. Hasta en el edificio donde vivo, me encuentro con vecinos en los pasillos y ninguno me habla. En mi propia casa, nadie me habla!
No soy nada!!!
Estaba destrozado…
Un día, este abrej encontró una publicidad de sombreros en promoción. Como su sombrero estaba bastante gastado, decidió comprarse uno nuevo, aunque fuera el más caro. Quería verse bien. Así hizo, compró un nuevo sombrero, y decidió llevárselo puesto y guardar el viejo en la caja.
Apenas salió del negocio alguien le preguntó:_ Decime, ¿Qué hora tenes?Camina una cuadra, y un chico le pide:“por favor, ayúdame a cruzar la calle. Entra a su edificio , y su vecino lo saluda cálidamente :“¿Cómo estás? ¿Qué contás de nuevo? Entra a su casa, y de repente, todos empezaron a hablarle:papá, ¿Cómo estás?¿Qué contás? Toda la familia le hablaba.
Entonces, él señala con su índice para arriba, como para que se den cuenta que tiene un sombrero nuevo. Nadie entendía qué es lo que quería , y seguía señalando. Le daba vergüenza hablar. Él señalaba con el dedo hacia el sombrero, y ellos le señalaban la frente, como diciendo ¿estás bien?! Hasta que se animó a hablar y dijo:“¡Tengo un sombrero nuevo! “La familia lo mira sin entender qué quiere.
Mira, y se da cuenta que tenía puesto el sombrero viejo. Por error, guardó el sombrero nuevo en la caja y se puso el viejo, como siempre. Y…como por arte de magia, todos empezaron a hablar con él en la calle, y en los pasillos de su casa… Todos ahora conversaban con él.
¿Qué pasó? Su sombrero no cambió, ¿ sabes qué cambió? ¡¡Su cabeza cambió!! Porque él pensaba que caminaba con su sombrero nuevo. Él se sentía bien, de buen ánimo. Consecuentemente, él escuchó lo mismo de los demás, que hablaban de él.
Esta es la regla: “Nosotros nos veíamos como cigarras…,si vos te ves a vos mismo como un sombrero viejo y andrajoso, eso es lo que vas a recibir de los demás. Sentite a vos mismo como un fuerte, y eso mismo vas a escuchar que dicen de vos!!
En el fondo de cada uno de nosotros existe el anhelo de vivir una vida de grandeza y de contribución, de importar de verdad, de marcar una verdadera diferencia.
Puede que dudemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades, pero quiero que sepas que puedes vivir de esa manera, tienes el potencial en tu interior. Todos lo tenemos. Es un derecho inalienable que Hashem nos confirió.
Todos podemos decidir que no sólo queremos tener un buen día, sino un gran día. Nunca
será demasiado tarde.
Así que, no cambies el sombrero, CAMBIÁ TU CABEZA y verás como todos a tu alrededor
cambiarán junto a ti!