? Para el Judaísmo…
La cuestión no es si “ser o no ser”, tampoco la cuestión es si “estar o no estar”, ni tampoco la cuestión es si “tener o no tener”!¿Por qué? Porque en el idioma hebreo no existen ni el verbo ser, ni el verbo tener, ni el verbo estar! En español el médico dice: “yo soy médico”.
En hebreo el médico dice “aní rofé”, es decir “yo médico”, no existiendo el verbo ser! También al verbo tener no existe.
En español decimos “yo tengo una silla”, mientras que en hebreo decimos “iesh lí kise”, es decir “hay para mi silla”.
En otras palabras “hay para mí” significa que –temporalmente- existe para mí, pero no es que “yo (verdaderamente) tengo” … y la prueba de ello es que a los 120 años nos vamos de éste mundo, sin llevarnos absolutamente nada …
? Por último…
Cuando quiero decir en hebreo “yo estoy en casa”, digo “aní babáit”, es decir “yo en casa”; no existiendo tampoco, por ende, el verbo “estar”! ¿Y por qué estos verbos aparentemente tan básicos, importantes y esenciales no existen en el idioma hebreo? Porque el único que realmente es, es el Creador del mundo porque es eterno.
El único que realmente tiene, es el Creador del mundo porque es Eterno, y el único que realmente esta (estuvo y también para siempre estará), es el Creador del mundo porque es Eterno! Entonces cabe preguntar: si no somos, no tenemos y tampoco supuestamente estamos … ¿Qué es lo que realmente sí cuenta en la existencia humana? Lo que hacemos! La huella que dejamos! Eso es lo que cuenta! Es por ello, que el primer párrafo del Kidúsh que decimos semanalmente todos los viernes por la noche, finaliza con la expresión “asher bará E-lohim laasót” – “que creó D-s para hacer”; enfatizando así la importancia fundamental de la acción! Y cuando estamos ocupados en la dimensión del hacer, nos afecta mucho menos los aspectos relacionados con la dimensión del ser, expandiendo a nuestro ser a través del hacer!
R. Richard Kaufmann.