Las empresas que a mis ojos son las mejores, son las que les ponen mucho foco a sus empleados. Los capacitan, los motivan, los premian y sobre todo, los cuidan. Porque saben que un empleado que está bien, trabaja mejor.
Y en nuestra vida, que es la empresa más importante que tenemos, ¿qué clase de empresario querés ser? ¿Uno que te motiva, celebra y hace que saques lo mejor de vos? ¿O uno que solo critica, exige y te hace sentir que en cualquier momento te echa?
Imagino, que probablemente quieras ser el empresario que motiva y genera empleados contentos y súper rendidores.
Entonces tomemos la receta de las mejores empresas y apliquemos en nuestra vida un programa de incentivos potente.
Lo primero que tenemos que hacer es darnos permiso para disfrutar. Muchos de nosotros creamos en nuestra mente fórmulas binarias que nos impiden disfrutar de ciertas cosas.
O trabajo o disfrute. Son espacios excluyentes. como los cálculos binarios, o cero o uno, no hay otra opción.
El programa de incentivos nos da permiso para introducir la Y que une, en lugar de la O que separa.
Trabajo y disfrute.
Si logramos disfrutar del proceso, todo se hace más llevadero.
La idea es aplicar el formato escalera vip.
Una escalera normal luego de hacer el esfuerzo de subir la parte vertical del escalón, viene la parte plana. O sea, luego de un esfuerzo y de haber logrado ascender, viene una etapa de calma. Y luego de subir varios escalones, nos encontramos con el descanso. Todavía no llegamos a donde queríamos, sin embargo, en la mitad de escalera, además de las mini pausas, hay un espacio de descanso más extenso que los escalones normales.
Esto es fácil de entender. Para subir mucho, es necesario hacer pausas.
Acá viene lo de escalera vip. En lugar de hacer solo una pausa, un espacio plano, breve hasta la próxima pendiente, que en esa pausa haya algo frío para tomar, un poco de música, algo rico para comer y por qué no unos masajes relajantes.
Son 2 escaleras distintas. Son 2 mundos distintos. Son dos formas de encarar la vida.
Una, intercala esfuerzo y pausa. Y la otra, esfuerzo y placer.
Si luego de un esfuerzo, lo único que viene es una pausa a secas, es como vivir con un juez de línea. Cuando hacés algo bien, se queda callado, pausa a secas. Se hace muy difícil de esta forma desear seguir subiendo en nuestra escalera. Porque no hay disfrute en el camino. “Sí, cuando llegue a la cima, ahí sí voy a permitirme disfrutar. Para ahora no debo, porque estoy en la mitad de la escalera.”
Error. Quizás nunca llegues a la cima. O puede ser que cuando llegues estés tan cansado, desgastado, viejo o enfermo que, aunque quieras, no vas a tener ganas ni fuerzas de celebrar.
La otra opción, la de escalera vip, además de disfrutar del proceso, mantiene activa la posibilidad de un mega festejo al llegar a la cima. ¿Por qué no? Pero lo principal es que esa cima la siento mucho más cerca. Porque la siento real, internamente veo que puedo llegar, porque me permito disfrutar del camino. Y así, siento que tengo los recursos necesarios para seguir subiendo, el tiempo que me lleve.
¿Pero entonces tengo que celebrar cada escalón que subo? Sí, esa es la idea.
Ejemplo de escalones posibles
Lograste durante 3 días consecutivos vincularte con dulzura con tu pareja, hijos o vos mismo.
Te descargaste 10 tutoriales para capacitarte en Photoshop y ya viste el primero.
Te pusiste una rutina de levantarte a determinado horario y no mirar el celular hasta después del desayuno. Ya vas 3 días seguidos que lo lográs.
Decidiste ponerle foco a tu trabajo. Para eso vas a poner el celular en modo avión durante una hora de 11 a 12 para trabajar sin interrupción. Van 2 días seguidos perfecto.
Decidiste ponerle foco a tus vínculos. Para eso vas a poner el celular en modo avión durante 30 minutos para jugar con tus hijos después de la cena. Primer día OK.
Querés ampliar tu cartera de clientes. Para eso te propusiste llamar todos los días a 5 potenciales clientes. Llevás 3 días seguidos cumpliendo tu meta.
Empezaste una rutina de gimnasia. 3 veces por semana salís a caminar/correr 40 minutos. 1era semana cumplida.
Todos estos escalones tienen algo en común. Son escalones. No son el resultado final. No es bajar 20 kilos o tener 20 clientes nuevos. Son escalones, pasos que sostenidos en el tiempo me llevan ahí. Y justamente para sostenerlos en el tiempo tenemos que hacer de nuestra escalera una escalera vip.
¿Qué clase de escalera vas a elegir subir en tu vida?
¿Qué clase de empresario querés ser con vos mismo?
La respuesta a ambas preguntas va a determinar en gran medida si vas a tener una vida de desafíos y alegrías o de problemas y estrés.
Matías Duek
Senior Coach.
Director de International Kosher Coaching.
Especialista en Coaching laboral.