Quiero compartirte ésta reflexión acerca de la transformación que atraviesa una langosta. Ésta nace con un cuerpo blando y elástico, y un caparazón rígido. Su cuerpo comienza a crecer, y su caparazón se mantiene intacto y comienza a molestarle, a dolerle, y se le hace imposible continuar. Entonces, se oculta detrás de unas rocas, para protegerse de los depredadores, y allí logra desprenderse de su caparazón, y comienza a producir uno nuevo. Ésto ocurre varias veces durante su vida. Sólo atravesar éste proceso le permite crecer. No es fácil, duele el cuerpo y el alma. Sólo así se puede crecer y lograr expandirse.
Reflexionando acerca de éste fenómeno, podemos inferir que la incomodidad que generan los tiempos de crisis y adversidad, son señales para el crecimiento.
Te invito a descubrir si tenes algún caparazón que te mantiene oprimido, y con pocas posibilidades de transformarte.
Te propongo sesiones de coaching para que logres descubrir de que necesitas desprenderte, que te conecte y te acerque a tus metas, valores y sueños .
Ah, me olvidaba. Te dejo una pregunta: ¿Qué pasaría si lo lograras?
RIBKA SACYLER