La vida es tan hermosa como compleja al mismo tiempo. Es prácticamente una cuestión inevitable no llegar a toparse con algún problema o diferencias con alguien más; es parte de la cotidianidad. Por tal motivo, resulta indispensable poder desarrollar la capacidad de superar los conflictos y encontrar diversas herramientas que lleven a ello.
El conflicto, como concepto, es inevitable. Puede presentarse en distintos niveles y en escenarios muy distintos como de ámbito familiar, laboral o, incluso, consigo mismo. Se podría decir que forma parte de la naturaleza tener que lidiar con este tipo de imprevistos que, pese a que son incómodos, terminan moldeando de una forma u otra la personalidad de las personas.
Siguiendo este orden de ideas, muchas veces se puede apreciar cómo la propia mente, al asociar esto como un escenario negativo decide ignorarlo y no prestarle atención, aunque también lo elude en algunas ocasiones por miedo a enfrentarlo. Es casi seguro que en más de una ocasión alguien habrá decidido no contestar ante alguna situación desagradable en casa o en el trabajo con el simple objetivo de no crear un conflicto.
No obstante, muchas veces esta decisión hace que, en primer lugar, no se solvente nunca del todo el problema y se cree, haciendo un símil, una bola de nieve en donde se van acumulando más y más cosas. Por ende, es pertinente identificar cuáles son las formas para poder atacar o, mejor dicho, gestionar un conflicto en puerta.
¿Cómo gestionar un conflicto de forma eficaz?
Muchas son las maneras para hacer frente a un problema, todo va a depender siempre de la posición de cada quién y del grado de intensidad o incomodidad que este provoque internamente. Realmente, no existe una fórmula concreta, pero sí que hay métodos más comunes que podrían facilitar el camino o, por lo menos, brindar la posibilidad de dar el primer paso.
Existen cinco formas sencillas y eficaces para poder hacer frente a un conflicto. Estas, van de la mano con las recomendaciones de los psicólogos, Ken Thomas y Ralph Kilmann, Sin embargo, advierten que las reacciones a los problemas no siempre serán los mismos pero que, al aplicar dichos métodos, convergen en un punto donde se podría abrir una posible solución.
Los cinco estilos son los siguientes:
- Competitivo: Es la tendencia que tiene como filosofía que, para ganar, el otro tiene que perder. En este estilo, el objetivo siempre es salirse con la suya.
- Complaciente: Aquí es cuando los intereses del otro están por encima de los propios, es decir, cuando a veces se cede para no romper alguna relación.
- Evasivo: El mismo nombre lo explica. Trata del método en donde siempre se posterga el problema para evitar mediarlo frontalmente. Normalmente, los que lo hacen, aspiran a que con el tiempo se resuelva solo.
- Colaborador: Cuando se busca encontrar una resolución que satisfaga a todas las partes.
- Comprometido: Es cuando todas las partes acuerdan ceder en algo para poder lograr el objetivo de solucionar el problema.
Poniendo en contexto todos los puntos previamente descritos, se podría decir que el estilo colaborador es el más ideal a la hora de gestionar un conflicto, debido a que ambas partes ‘’negocian’’ ciertos aspectos que les permiten encontrar una solución eficaz. En la mayoría de los casos, esto es ideal porque ayuda a conservar relaciones o incluso fortalecerlas y también resolver de forma satisfactoria las diferencias.
Ahora bien, poder llegar a dicho punto requiere contar con un nivel importante de empatía y, sobre todo, de buena comunicación. Independientemente de cuál sea el método a utilizar, siempre se deberá priorizar solucionar y evitar que la situación escale más y más.
¿Cuáles herramientas se pueden usar para gestionar conflictos?
- Define el problema que tienes ante ti.
- Genera, al menos, cinco posibles soluciones.
- Evalúa cada solución y define la mejor.
- Pasa a la acción.
- Haz seguimiento.
Lo importante es que no te centres el conflicto, céntrate en la resolución del mismo, piensa siempre en lo positivo que puedes aprender de lo que te está ocurriendo y revierte cada proceso contrario.
¡Verás como en poco tiempo, estarás fuera de todo sentimiento que te lleve a desconfiar de tus capacidades!